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NAVEGAR SOBRE LAS MANOS

jueves, 14 de noviembre de 2019

yo era la que corría en círculos,
la que miraba fijamente a un lobo
en la oscuridad de mi mirada,
yo era el violeta sol que nadie
pudo tocar más que en sueños,
yo era la que saltaba en charcos
de terrores una noche desaparecida;
yo era la que buscaba inertes bosques
en los mundos que un muerto creó,
la que observaba el leve latir
de un cuerpo que supo amar;

yo era la nube que caía el agua que afloraba la flor que surgía temblorosa
en un campo lejos huidizo hambriento esperanzador