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NAVEGAR SOBRE LAS MANOS

miércoles, 30 de mayo de 2012

De cualquiera manera había que abrazarse a la esperanza, aunque eso casi nunca signifique nada, pero a veces por las noches era fácil dormir pensando que quizás, que algún día en algún lugar. Y yo no te decía eso, yo no podía decirte eso si ahora ya no habrían mas encuentros(yo era muy ilusa, y lo sabías y te callabas casi siempre.). Aunque después del horror a veces miraba en tus ojos alguna respuesta lo bastante convincente para asegurarme que también pensabas, que quizás, que algún día en algún lugar. Y así te ibas perdiendo de a poquito en esas calles en las que casi siempre te terminabas perdiendo, mientras yo me iba en la otra dirección, siempre la otra dirección, en cualquier calle llena de olvido efímero, caminando sobre calles rotas en las que llorar a veces parece lo más apropiado.

domingo, 27 de mayo de 2012

Hablaste de soledad
después de haberte suicidado
enfrente de una ventana
que tenía forma de hoja
(o tal vez una máquina de escribir)

Limpiaste las telarañas
que estaban sobre el pelo
de todos los hombres a
los que tal vez,
tal vez alguna vez quise

Empezaste vomitando
el desayuno y las flores
y las noches cuando aún
dormiamos en camas diferentes

Entendías que mi infierno
empezó a los 12 años
que a veces el pasado
estaba, no,
no, no entendías tal vez.

Yo escribí lloré
sobreviví
a tu miedo a enjevecer y
querer morir joven

cuando vivir parece un
cigarro, cuando
parece humo, cuando
deja de parecer todo eso

y sólo te queda muerte
en las paredes de la habitación
y dolor en las manos
y distancia en el alma

y amor en una carta
que llegó del otro lado del mundo.


martes, 22 de mayo de 2012

Aunque claro tampoco podría llamarte y explicarte por qué me subí a este vagón, por qué a esta hora, de la misma manera que tampoco sería fácil de explicar(sabes bien como me cuestan estas cosas) que si el destino hiciera su trabajo y las casualidades se pusieran de acuerdo para que ocurran esos encuentros en la siguiente estación, quizás podrías subir al mismo vagón en el que estoy yo, pero ya ves, ya han pasado dos estaciones y no apareciste en ninguna, pero podría haber sido tan fácil, y quizás ahora mientras yo juego a esto, a este juego sufrible e inútil, este juego en el que espero siempre porque casi siempre es simple a estas horas, meterte al primer vagón y esperar, aunque enrealidad no espero nada, espero cosas que no tendría que esperar, pero eso casi nunca se piensa con la cabeza caliente y las manos frías  como cuando me subo después de observar que faltan 2 minutos para que llegue mi vagón, en ese momento una no puede pensar que esperamos para nada, que te espero para nada, o para todo pero que al final da lo mismo, realmente no importa porque es difícil que llegue a la siguiente estación y se abran las puertas y de repente aparezcas, que aparezca tu silueta, tu pelo, y tus ojos que seguramente me verían y tampoco entenderías el por qué.

Pero a estas alturas preguntar por qué es tan incoherente, tan sinsentido como este juego, y hacer todos los días la misma rutina a la misma hora en la misma ciudad, sabiendo que no aparecerás, sabiendo que quizás te subiste a otro vagón mucho más lejos que este, sin saber, siempre sin saber que en alguna otra estación yo todavía espero que las puerta se abran y aparezcas, y al fin sucedan esos encuentros que nunca ocurren.
Y entonces en otra estación que ya no es la de antes, el cartel avisa nuevamente que el tren está por entrar a la estación, que tendré que agarrar mi bolso y mi abrigo como tantas otras veces y caminar hasta entrar, ver que no estás, sentarme y seguir mirando(quién sabe..), y así es como siempre estoy esperando(el tiempo, un vagón, un amor o unas manos) y después de que las puertas se abran entro con la ilusión dulce pero mentirosa e irreal de quien sabe que no encontrará lo que busca, de que no te subirás nuevamente en la siguiente estación como tampoco te subiste en las demás.
Y así sucede, así de esta manera realmente sucede que me subo a ese vagón y te veo con la mirada perdida y esperándome, observando que esta vez las puertas se abrieron y yo si estoy ahí, que no tendrás que esperar a ver qué ocurre en la siguiente estación.


lunes, 21 de mayo de 2012

Ellas se fueron a unas ciudades donde no las espera nadie, y da lo mismo Bristol que París, que aqui sigue siendo otra cosa, la cosa de siempre, y aquí sí que no espera nadie, y vaya a saber uno si alguna vez alguien esperó, a veces suena un tango, y veo la tumba de Cortázar por la televisión, y te escribo desde un domingo de despedidas, de lluvias de verdades falsas, y sabés, es tan fácil de repente volver, reiterar en las viejas costumbres y las viejas calles, en el barrio de la infancia, tener 10 años otra vez, y entonces te das cuenta de que argentina queda tan lejos como tantas otras cosas que ya desde donde estamos no se ven, que a veces(y siempre no sólo a veces) somos como olas, soy una ola que en realidad ya no está en ninguna parte, esperando como todos los que sólo saben dormir con esa nostalgia y después despertarte con esa melopea de tiempo que avanza y no vuelve y si volviera tampoco serviría de mucho, ah si, y claro que vos tambien te desesperás desde la ciudad en la que estás, en la que lees esto como un anhelo, desde la misma cosas de siempre, desde la misma noche en la que sin poder dormir, seguramente pensás que también nos verán a nosotros dentro de un tiempo en una tumba. Y vos tan lejos y yo tan sola. Y el tiempo que sigue avanzando y nosotros siempre obstinados en pensar en antes, en otro tiempo, en otro tiempo antes que este, muchisimas horas antes que esta,  hace muchos días antes que este, muchas noches antes que esta, antes de escribirte esta carta, aunque no te la mande y sólo sea algo inútil que quizas con el tiempo también deje de existir.




"Tu perfume olvidado como una carta puesta boca abajo en la mesa."

sábado, 19 de mayo de 2012

Entonces puede que me suba al ascensor, te recuerde leyendo cosas horribles de un libro horrible de hace tiempo, y sonrías.
Puede que salga a la calle y recuerde tu forma de llorar.
Puede que pase por un supermercado(librería o farmacia) y recuerde, siga recordando cosas irrecordables, como cuando jugábamos a ser desconocidos en el metro, discutir de mentira, hacer drama delante de todos y después volver a casa y disimular que no había pasado nada, que ya no éramos otros, que ya no apagábamos las luces para dejar de ver tanto miedo confuso en las paredes(y en los huesos, y en tu pelo, y en tus ojos que dejaron de mirar hace tanto, y lo sabes, y lo escribo porque lo sabes, y lo escribo porque no quiero saberlo.)

Puede que llegue a la siguiente calle, recordarte cuando llego a la puerta de un antiguo teatro que cerró hace tiempo, pero que aún conserva carteles de una obra que en otro tiempo empezaba a las 20.00 de la tarde, aún hay carteles, y quién se para a verlos si están llenos de polvo, por eso es fácil recordarte, por eso ando como un fantasma por esta ciudad, por eso es fácil dejar la casa y salir, ver el destrozo y la desolación adentro de un vagón de metro donde nadie mira y en realidad nadie quiere mirar de la misma manera que yo escribo sin querer escribir, sin querer que leas, sin querer que te vayas de la misma manera que un día tampoco quise que vinieras, pero cómo me podías entender si vos pensabas que cada paso que dábamos era un salto, pero cómo dar saltos sin saber saltar.

Y así irremediablemente se llega al hundimiento y se abre un cuaderno para dibujarte con palabras, para escupirte con recuerdos y quererte desde la más terrible vulnerabilidad, pero cómo podría explicarte si ahora mismo debes estar siendo todo eso que jamás fuiste, pobre de vos lindo, loco lindo que ibas y venias sin poder gritar bajo tres kilos de cemento en la nuca. Pero quizás todavía vas dando saltos por ahi, y yo todavía te escribo en pleno desplome, en pleno desmoronamiento, un cataclismo que te recuerda cruzando un puente, una calle, cruzando cualquier muro infranqueable hasta llegar a mi.


jueves, 17 de mayo de 2012

las servilletas donde
escribimos todas aquellas palabras
que nadie dijo y
letras de canciones que
nadie escribió.

la sensibilidad en los ojos
de aquellos que aún
esperan
en un bar
sentados
mientras escriben en
una servilleta
arrugada y sin
vida, con todas
esas palabras que
nadie nunca leerá.
nunca me hicieron estudiar Cortázar
en el colegio, ahi empezaron
mis desgracias.


aunque después vino todo lo demás, los poetas muertos y las noches infinitamente rotas(te fue fácil irte sin arreglar nada), y tal vez el café que nunca mas te hice, las rodillas sucias que no se podían mantener en pie y esas sábanas después de hacer el amor que no significaban nada. Claro que a veces camino por estas calles creyendo que me fui lejos y no soy más que el fantasma de algo que fue, pero que ya no, que ya no soy esa que va por ahi caminando con un vestido relleno de olvido por todos lados, por decadencia y un poco de ruina y caos y todas esas palabras que escribiste en aquella pared mientras los extranjeros te fotografiaban creyendo que no te dolía, creyendo que porque hacía sol uno ya podía sonreír y seguir, y dejar de escribir la palabra vacío.

"qué fácil escupir palabras desde tu fragilidad rota que a veces sonríe y yo nose bien qué hacer."

martes, 8 de mayo de 2012

yo que te hablo y miro
desde el pasado
yo que te llamo y te grito
por si apareces
por si estás sentado en ese
banco donde tantos esperan

yo que escupo ruinas por la boca
mientras vuelvo a preguntarte
por si escuchas
por si te giras hacia atrás
y me ves desde ahi escribiendo todo esto.

porque el fantasma de lo que algún día
fuimos
hoy me sirve el café
hoy me peina el pelo y
me obliga a escribir
para nadie
siempre para nadie
porque todos se quedaron
ciegos y mudos y
muertos.