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NAVEGAR SOBRE LAS MANOS

viernes, 27 de abril de 2012

Lo escribo. Porque hoy es lo único que se puede hacer o decir o leer desde otros ojos que no son los míos para no gritar más. Ni siquiera lo escribo en realidad. Lo hablo. Te hablo de que coleccionas muchos inviernos bajo tus abrigos(y bajo los ojos y bajo las rodillas) y pocos(muy pocos) lunares en la espalda. No sabes llorar(no te llamas Horacio, pero no sabes llorar), ahora te observo desde lejos(casi no te veo) por eso hablo y no escribo, quién sabe si se escucha desde ese otro lado(si lo escuchas llamame). Un día dijiste que estabas atrás mío pero no podía verte, y ahora soy yo la que está detras inventando en tu espalda(que enrealidad no está aqui porque no estás aqui, porque ni siquiera estoy yo aquí) un lenguaje que tenga un poco más de sentido que todas las cosas que nunca escribí en las cartas sucias que te di despues de una noche volando entre nuncas y siempres que al final querían decir quién sabe que al final quería decir algún día(algún día es una expresión de mierda que termina significando nada. Y ahi termina el círculo). Todavía hay una taza de café que se sigue desparramando en tu almohada desde hace años y mientras ocurre todo eso se escucha una canción que pusiste un día en mis manos y tambien se termina por estrellar contra las paredes de tus palabras y de tus manos que ahora mismo quizás tocan una guitarra que no escucho(porque estás lejos y lo sabemos. Muy clarito lo sabemos).

Joy division le hace el amor a tu recuerdo mientras yo escribo palabras que mañana solo serán otro vacío que borrar(cómo si pudiéramos, cómo si supiéramos). No aprendimos casi nada (no aprendimos nada) y sin embargo intentamos coser una adolescencia, esa donde soñábamos que serías un cantante de un grupo de rock y yo una escritora reconocida que escribiría mentiras en libros y verdades en tu cama(o tal vez era al reves). Y no cumplimos nada. Por aquí solo hay velas(y sólo iluminan una maleta llena de fotos que nunca hicimos), promesas que ahora me dan la mano y me secan lágrimas(y por qué me dan la mano). 


jueves, 5 de abril de 2012

A mi también me duele el tiempo.
A mi también me duelen los huesos cuando me doy cuenta que hoy somos recuerdos oxidados, que somos sólo la humedad. Sé también que te duele, como me duele a mi, que la gente solo sepa quedarse sentada en una silla con la luz apagada y los recuerdos bailando en círculos alrededor de una desilución vacía y una tristeza que hace estallar las ventanas. A mi también me duele(y me corta y me ahoga) saber que tu cama es otra cama, que tu amor es otro amor, que hoy estás lejos y que me imaginas despues de hacer el amor con otra mientras yo me miro en un espejo con unas lágrimas desafinadas y descordinadas que ya no saben hacia dónde ir, mientras estoy bajo sábanas tratando de descrifrar todas esas palabras que solo puedo escribir y gritar, o mientras camino por una calle apenas iluminada que termina siendo como una escena de un teatro falso y lleno de polvo al que la gente va sólo por los recuerdos o porque en otro tiempo pasaban obras magníficas, y ahora el polvo. Ahora sólo el polvo y el fracaso se juntan y terminan siendo como barro, como un pozo sin fondo en el que ya nadie te escucha porque a nadie le importan los pozos de los demás ni la profundidad y mucho menos la razón por la que uno decide caer así. Y también debería hablarte del miedo entre el pelo y las piernas, de la soledad definitiva que viene de vez en cuando cuando tu foto del cajon aparece entre la ropa y me aseguro de que aún esperas, de que aún estás del otro lado, en algún otro lado esperando, esperando siempre como en algún otro tiempo cuando las rodillas no se nos desequilibraban de esta manera.