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NAVEGAR SOBRE LAS MANOS

miércoles, 14 de marzo de 2012

Te gustaba que cayéramos juntos en esas horas de la madrugada donde todos duermen, que nos deslizáramos sobre el pasado, que nos riéramos del tiempo. Entonces yo ahora escribo todo esto, desde una habitación que despide lástima, pero una lástima dulce, porque anoche mismo estabas entre mis brazos y tocandome el pelo en aquella cafetería solitaria hiciste que otra vez habláramos en silencios que nos dejaban sordos, claro que eso fue despues de que me dijeras que te vas, y por qué no me lo dijiste antes, y por qué tuvo que ser justo en esta noche alegre entre botellas de alcohol y cigarros dulces, por qué hoy, oh ya lo sé, te lo tendría que haber dicho antes, va a ser rara esta ciudad, no sé quizás no, oh sí, sí que será rara, es tan fácil llorar, no nos encontraremos así, lloraré tanto, sabes que lloraré tanto como lo hago ahora mientras escribo esto que vaya uno a saber si leerás, como lloré anoche entre tus brazos en esa cafetería llena de pena y recuerdos del pasado y gente que desayunaba después de haberse divertido tanto.

3 comentarios:

  1. Preciosa y precisa melancolía.

    Saludos, Nahuel.

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  2. que bella imagen, que bien describis los momentos en una cafeteria

    GENIAL TU PROSA

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  3. Nostalgia a borbotones....
    Saludos desde una butaca de cristal.

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