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NAVEGAR SOBRE LAS MANOS

miércoles, 2 de enero de 2013

Tampoco es novedad que llevo una vida apócrifa, que desde hace bastante tiempo ocupo un lugar que no me pertenece, en el que me muevo con una lentitud característica de la gente que se para a observar una librería llena de libros y poetas muertos, con esos ojos atónitos con los que miramos una contraportada tan vacía como su historia, es decir, esa lentitud con la que también mis ojos miran hacia arriba a la ventana superior de un edificio donde me veo a mi misma suicidándome, o gritando en silencio al absurdo que se suicide él, pero tampoco te asustes, yo te lo cuento como desde afuera de mí, como se cuentan las cosas ahora que las manos se congelan, y que no estás, y que realmente nadie escucha.

5 comentarios:

  1. "desde afuera de mí", tal vez así lo hacemos casi todo, o en piloto automático. Bello y honesto.

    Saludos, Nahuel.

    PD: acerca de leerme más, lo siento pero olvide hacerlo; mi maldición: "Supongo entonces que esos tiempos declinaron..."

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  2. A veces me pregunto si no será menos apócrifa la realidad que pretende imponerse desde fuera, desde lo que no somos, desde lo que nunca seremos.

    Un beso.

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  3. En realidad casi todo yo entró, leyó y salio de este blog sin comentar nada, sólo que se quedaron las ganas, aquí, atadas al teclado, comentando lo mucho que las dejaste temblando.
    Gracias.

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  4. y así se nos puede ir la vida viendo todo desde afuera...olvidándonos de vivir

    Besos

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  5. ¿Cómo puedes transmitir tanto en un solo párrafo? Y que al leer cada línea, cada palabra se clave en mi mente como pensamientos que podrían haber salido de mis labios. Siento haber estado ausente, pero tengo el mundo del blog algo abandonado.

    Un beso, preciosa.

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