todos los hombres que me quisieron,
ya están muertos y
me acarician desde
el pasado
que es olvido y
es fuego .
te acuerdas tal vez
aquella noche bajo la incesante lluvia
cuando tus ojos revelaban
callados y absortos,
el nombre de todas las personas
que alguna vez te hicieron daño
y a través de las gotas
yo acariciaba el rostro herido
de todas ellas
te acuerdas tal vez
aquella mañana en el Jardín de los poetas
cuando de tu silenciosa boca
brotaba el llanto de la temible espera
que tanto nos había hecho gritar
hace un tiempo atrás
te acuerdas tal vez
tal vez te acuerdas
cuando aquellos ángeles dormidos
llegaron con hachas para cavar
nuestra propia tumba
sin preguntarnos
te acuerdas tal vez te acuerdas
la noche de junio
cuando amanecía miedoso un Madrid sin luz
porque decías con los ojos cerrados,
y el alma abierta
que te ibas
que ya nunca más
que a partir de ahora habríamos de juntar
otras historias llenas de vacío
porque es el único vacío que llena
la vida
te acuerdas tal vez te acuerdas
los nombres escritos con la punta de una llave
en un árbol irrecordable de una ciudad que empezaba
a aprender a respirar, una noche
en la que desapareció todo lo que nos pertenecía
porque ya no encontrábamos más ventanas
para ver resignados todo lo que se iba volando
una noche en la que el viento nos dejó sin ropa
y sin manos.
te acuerdas
cuando únicamente te gustaba fotografiar incendios
de otros tiempos,
haciendo del presente un confuso pasado que sería futuro
porque rápidamente en unos años
nosotros dos
seríamos nada más que
ceniza.
te acuerdas cuando lamías heridas cicatrizadas
que en otro tiempo eran hemorragias
y eso era como revivir un dolor
que queda bajo la piel -decías-
Y yo gritaba exasperadamente,
gritaba tanto que las cortinas volaban y cortaban
tus palabras
y tu frialdad
te acuerdas cuando fuimos a una
montaña una lejana montaña
una montaña fría y oscura
que lloraba más que nosotros
porque tenía escaleras infinitas y nadie
subía y nadie sabía y nadie quería
y nosotros en cambio con los ojos le explicábamos
que nuestras escaleras ya se quebraron
hace un tiempo
te acuerdas tal vez de vez en cuando
te acuerdas
el café con leche de las tardes
el amor de las noches
los abrazos dormidos
de las mañanas
tus 20 años
una noche que llegué a tu casa empapada
un minuto más tarde de las 12 en un taxi que volaba
como un ángel apurado,
y te hice el amor sin importar
sin saber siquiera
que hoy sólo escribiría todo eso
para salvarlo del imponente
olvido.
......
uff que final, que belleza, qué dolor. Impresionante rayuelas, maestra.
ResponderEliminarSaludos, Nahuel