Pensaba mucho en vos en esos tiempos, Lílien, vos me creés si te digo que algunas noches no podía dormir pensando en lo que vos estarías haciendo, tal vez cocinando con el delantal que tiene manzanas y peras, el cual odiás pero nunca te comprás otro, o quizá leyendo alguna novela de las tuyas, esas cuya naturaleza es puramente melodramática, esas con las que te rompés de vez en cuando, fingiendo que no, que todo está bien, erróneamente convenciéndote de que la literatura es ficción y que está irremediablemente lejos de vos, es decir, creyendo que vos la leés como desde un escalón que está más arriba, como observando una hormiga desde lo alto, cuando realmente sabés que la hormiga sos vos y que la literatura te empieza a pisar de a poquito, lenta y dulcemente sin terminar de matarte nunca.
Perfecto. una alegría que estés escribiendo tan frecuente.
ResponderEliminarSaludos, nahuel.